MESIANISMO Y STATUS QUO.

 Actualmente si se mantienen las cosas como están en el actual escenario electoral, es probable que suceda una segunda vuelta electoral donde debemos decidir quien será nuestro próximo presidente entre Ollanta Humala y Lourdes Flores. Aunque ambas opciones,  por el momento, apenas logran sumar el 50% de los votos totales, los votantes deberán decidir por uno de ellos.

Pero el motivo que me trae a escribir este post es apuntar sobre el error que podrían  cometer cualquiera sea elegido presidente y su entorno cercano. Error que podría extenderse aun más allá de ese ámbito ante percepciones equivocadas.

 Si Humala es el elegido por el voto mayoritario mal haría este en creer que los votos que lo llevaron al poder son una muestra absoluta  de apoyo del pueblo peruano  hacia él o sentirse el "elegido" el "salvador" que ungido por el deseo "sagrado" de las mayorías es convocado para ejercer el mandato de las masas.

No es así, Ollanta Humala debe tener muy claro que si sale electo presidente es más que  nada debido al gran rechazo hacia el sistema político en especial al fracaso de la clase política y de las instituciones que estas no han sabido poner al alcance y al servicio de la población. El suyo es un voto guiado por la decepción y la exclusión en que se encuentra la gran mayoría de la población peruana. Así que  pretender  ser el dueño de la verdad  y  creerse el elegido sería un mal comienzo para un mandato (claro ejemplo sucedió con el actual mandatario).

 Si Lourdes Flores sale electa como la nueva presidente el problema principal sería creer que la población esta satisfecha con el estado actual de las cosas. Peor sería si la elite y la clase dirigente considera que la democracia es la vencedora y el ordenamiento económico es el ideal porque sería seguir de espaldas a la realidad y al interés mayoritario de los peruanos. Cuando la situación real es que muchos peruanos sienten que el sistema político y el crecimiento económico no beneficia a todos.

Entonces sentirse en las nubes obnubilado por el poder en un caso o creer que el estatus quo y el sistema funciona de maravillas serían gravísimos errores para mantener la gobernabilidad y la paz social.  Quien sea el próximo presidente debera gobernar para todos y respetando las instituciones, buscando reformas es cierto pero dentro de los cauces de la legalidad y sobre todo promover el bienestar de las mayorías aunque algunos intereses se vean afectados.