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23.1.07

¿"LAY FUNG" EN PALACIO?

¿"Lay Fung" en Palacio?

La juramentación de Alan García como presidente por segunda vez fue precedida de un episodio que conmovió a la opinión pública. Un perro rottweiller, llamado "Lay Fung", arremetió contra un hombre que iba a robar, quien se desangró hasta morir, víctima de los feroces mordiscos. Poco o nada se dijo acerca de quién murió de esta bárbara manera. Nadie mencionó el nombre de la persona que, a juicio de lo que oíamos y leíamos, no merecía trato de ser humano. Pero todos hablaron del perro, clamando por su vida, elogiando su coraje, y avalando la muerte del delincuente.

¿Fue este hecho un presagio de lo que iba a ser el tema más importante en la gestión de estos 180 días de gobierno del doctor Alan García? El síndrome Lay Fung parece haberse instalado en Palacio de Gobierno ya que el Presidente persiste hasta hoy en su terca campaña a favor de la pena de muerte. Él sabe que siembra en terreno fértil. No es inocente; utiliza un recurso de gran rentabilidad política, de muy bajo costo y, por cierto, nada novedoso. En países con delincuencia creciente, donde el abuso sexual a menores de edad en las propias familias es de dimensiones desgarradoras, donde no hay presencia de autoridad policial en las calles, en el que el Poder Judicial es incapaz de sancionar eficazmente los delitos, con una pobrísima inversión en la prevención de la violencia intrafamiliar y sexual y de la delincuencia común; en sociedades en las que existe una gran percepción de inseguridad y sentimiento de desamparo en la gente, hacerse adalid de la pena más dura produce rápidamente dividendos, pero no soluciona los graves problemas de orfandad que padecen los más pobres.

Cómodo recurso el de la pena de muerte para un político que se resiste a gobernar y se empeña en seducir. Seducir es fácil, y ya nos demostró García con creces que es ducho en ese efímero arte. Gobernar es otra cosa, significa tomarse los problemas de fondo de las personas y del país en serio. Gobernar es liderar la reforma judicial para que las personas accedan a la justicia, particularmente las más pobres y discriminadas. Gobernar es tomar el toro por las astas en la reforma de la seguridad ciudadana y de la Policía Nacional. Gobernar es convocar a todos los sectores del Ejecutivo concernidos y concertar con los gobiernos regionales y municipales, a una gran campaña de prevención de la violencia familiar y sexual. Gobernar es aumentar sustantivamente el presupuesto que el Ministerio de la Mujer le dedica al Programa contra la Violencia Familiar y Sexual. Gobernar es enfrentar con inteligencia los remanentes del terrorismo, sicarios del narcotráfico, que matan sin piedad a nuestros policías.

Lástima, en el Perú, el ejercicio del buen gobierno ha sido reemplazado por la máxima autoridad del Estado por una exaltada e inútil campaña a favor de la pena de muerte. No hay cambio responsable, solo la patética conexión con una sociedad comprensiblemente ávida de castigo, sedienta de orden, que vive a la intemperie.
 
Susan Villarán

1 Comentarios:

Blogger Girasol dijo...

Lay fung solo cumplia una funcion, la de cuidar.
Nosotros los canes tenemos funciones muy importantes y siempre las cumplimos. Ustedes solo dediquense a criticar sus funciones.
Dogs rules!!!

6:42 p. m.

 

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