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11.11.06

ELECCIONES Y LECCIONES: GEORGE BUSH Y SU DERROTA


Cuando hace tres años la población estadounidense se manifestaba, en su gran mayoría, de acuerdo con las política exterior de George Bush, en diferentes lugares del mundo no entendían como podían los norteamericanos avalar semejantes políticas belicistas, llevadas acabo bajo excusas y mentiras y sobrepasando el consenso internacional que lógicamente se oponía a semejante aventura bélica.

Tres años después la población norteamericana plasma en las urnas su posición mayoritaria de rechazo a la guerra en Irak. La derrota del Partido Republicano en las elecciones del 7 de noviembre ha sido contundente. El partido de George Bush ha sido rechazado y ha perdido la mayoría en la Cámara de representantes, en el Senado y también en los gobiernos estatales.

A estas alturas la manipulación de la información, el bombardeo de propaganda belicista a la que fue sometida la población norteamericana antes de invadir Irak y que se prolongó hasta mucho después, ya no sirve de nada. La realidad del fracaso de George Bush y sus secuaces con las miles de muertes ocasionadas y el caos infernal en que ha convertido Irak ha abierto los ojos del norteamericano de a pie. Se recuerda como a inicios del 2003 en Estados Unidos quien mantenía una posición contraria a la guerra era considerado antipatriota, traidor, enemigo público. Tamaña campaña para manipular a las masas!, de eso sabemos que en USA son expertos y aprovechando el dolor reciente por los atentados del 11-S sufridos, el gobierno de George Bush sometió a la ciudadanía a una intensa campaña del miedo. El miedo se llevó a límites de terror, y claro Bush se presentaba como el héroe que salvaría a la nación y liberaría a Estados Unidos y al mundo.

El golpe recibido por Bush y su entorno ya cobró su primera víctima: Donald Rumsfeld, quien fuera Secretario de Defensa, operador e impulsor de las políticas belicistas de George Bush ha tenido que dejar su cargo ante la presión de los demócratas y a través de ellos de los ciudadanos estadounidenses que demandan un cambio en la política exterior de la Casa Blanca.

El mensaje es claro, la población norteamericana desaprueba las decisiones de George Bush, tanto en el ámbito internacional como en el interno. Sólo la necedad y la soberbia de Bush, Rumsfeld, Rice y su entorno de funadementalistas que detentan el poder no podían ver lo evidente. El desastre será mayor aún dentro de dos años cuando en las elecciones presidenciales sufran otra derrota y el nuevo presidente sea también demócrata.

Una lección que deberá ser aprendida y repasada permanentemente: las decisiones erradas, aunque sean aprobadas en el corto plazo por las mayorías, a la larga terminan afectando a sus protagonistas y a quienes las avalaron. Lección cuya validez por estos lares cobra harta importancia cuando un Presidente de la Republica actúa como un irresponsable e improvisador más que en favor de la ciudadanía y pensando en el largo plazo, es decir como un estadista. Es mucho pedir?

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